Publicado: Mié, 23/07/2014 - 09:50
Actualizado: Mié, 23/07/2014 - 12:38
Baby-led weaning es un método de alimentación para los bebés que en castellano se está dando a conocer de varias maneras: como “alimentación complementaria dirigida por el bebé”, “alimentación complementaria a demanda”, “autoalimentación”, “alimentación autorregulada”… Sea cual sea la traducción, esta práctica “se refiere a que es el propio bebé quien dirige el proceso de cambio hacia una alimentación variada”, según explica la Asociación Española de Pediatría (AEP) en un artículo con el subtítulo “los bebés son capaces de alimentarse por sí mismos, probando alimentos adecuados y nutritivos que tengan a su alcance”. El texto lo firman Ana Martínez Rubio y PrevInfad (un grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria).
Por decirlo muy brevemente, se trata de que cuando en la alimentación del bebé se empiezan a incorporar alimentos sólidos, hacia los 6 meses de edad, se ponga a su alcance trocitos de comida que pueda coger y comer por sí solo de acuerdo con sus necesidades, en lugar de darles papillas o purés (que por otra parte, no son incompatibles).
La AEP plantea que mientras el bebé es amamantado es él quien pone el horario. O sea, la madre amamanta cuando el niño hace gestos de búsqueda indicando que quiere comer. Cuando el bebé no quiere más, deja el pecho por sí solo de manera que “los bebés amamantados aprenden a regular la cantidad que comen en función de sus necesidades, lo que les protege frente a la obesidad”. Entonces, ¿por qué no permitir a los bebés que pongan el horario también cuando se trata de pasar a otros alimentos? “Con la alimentación complementaria dirigida al bebé, se le van ofreciendo alimentos de los que toma la familia, que el niño coge con su mano y los mordisquea. Aquí no hace falta una persona adulta dando papillas con una cuchara. El resto del tiempo, el bebé sigue tomando el pecho o el biberón”, señala esta asociación.
Cómo empezar
La AEP indica que conviene empezar alrededor de los 6 meses, cuando el bebé se sostiene sentado casi sin apoyo y puede tener en la mano un trozo de alimento del tamaño de un dedo y llevárselo a la boca. Propone la siguiente lista de alimentos para comenzar:
- Verduras cocinadas al vapor o ligeramente cocidas, asadas o fritas. Pueden estar enteras (judías verdes, ramitos de brócoli o coliflor) o cortadas en trozos del tamaño de un dedo (calabacín, zanahoria, calabaza, patata, berenjena, etc.).
- Frutas y verduras crudas, cortadas en forma de “palitos”: pera, plátano, mango, ciruela, aguacate, pepino…
- Carne guisada, cocida o a la plancha, cortada en tiras o con una parte larga para poder agarrarla: pollo, ternera, pavo, cordero, cerdo, hamburguesa…
- Otros: taquitos alargados de queso, pan o tostadas, colines, tortas de arroz, bolas de arroz o arroz cocinado de cualquier forma, mini sándwiches (las dos partes de pan se pegan con queso de untar, jamón de York…), macarrones, etc.
Más adelante podrá ir probando todas las demás comidas.
Se deben evitar los platos preparados o alimentos a los que se les haya añadido azúcar o sal, y conviene ofrecer un poco de agua durante estas comidas.
He aquí las ventajas
La AEP las resume de la siguiente manera:
- Comodidad: el bebé come alimentos que ya hay en la mesa. No hace falta comprar otros, ni guisarlos de un modo especial. Come al mismo tiempo que la familia.
- El bebé se va acostumbrando a las comidas de su casa, de su cultura.
- Los bebés tienen mucho interés por la comida del plato de su madre, quizá su instinto les dice “si ella lo come, es comestible y seguro que está bueno”. Así suele ser más fácil.
- El bebé come a su ritmo, según adquiere habilidades. Nunca se le fuerza. Esto disminuye muchos conflictos familiares.
- Se evita el paso intermedio de papillas y purés (aunque no es incompatible) y una nueva transición cuando ya toque pasar a la comida casera.
Precauciones
Según explica el blog Una maternidad diferente en su artículo Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé, aunque al oír hablar de este tipo de alimentación para los bebés muchos padres se preocupan por la posibilidad de ahogamiento, “hay indicios que hacen pensar que si los bebés controlan lo que se llevan a la boca tienen menos riesgo de atragantarse que cuando son alimentados con una cuchara” ya que “los bebés no son capaces de mover intencionadamente la comida hacia la garganta hasta después de haber desarrollado la habilidad de masticar” y “no desarrollan la habilidad de masticar hasta después de haber aprendido la habilidad que les permite alcanzar y agarrar cosas”. No obstante, y como en todos los casos con los bebés, hay que tomar precauciones. La AEP destaca las siguientes:
- Para evitar que puedan ocurrir atragantamientos se deben evitar los alimentos duros y pequeños como los frutos secos, las aceitunas, la zanahoria o la manzana crudas. Y los niños han de estar acompañados mientras comen.
- Los bebés prematuros o los que tienen alguna dificultad en su desarrollo puede que tarden más en conseguir esas habilidades y necesitarán comer con ayuda durante más tiempo.
- Hay que tener precaución con los niños que padezcan alguna enfermedad crónica o con riesgo de desnutrición.
- Puede que los bebés alimentados con fórmula artificial, cuyo sabor no cambia, tengan algunas dificultades, pero eso no significa que no puedan seguir este método.
A recordar
Finalmente, la AEP “recuerda” lo siguiente respecto a la alimentación complementaria dirigida al bebé:
- El bebé sabe cuánta cantidad de comida necesita. No hay que meterle prisa ni obligarle a comer.
- Es bueno darle el pecho tan a menudo como lo pida y completar su dieta con trozos de alimentos fáciles de manipular.
- Si toma biberones, conviene mantener al menos 4-5 tomas al día.
- Es un método un poco “sucio”, pero menos estresante que el tradicional.
- Favorece la autonomía del bebé, su adaptación a las comidas normales y disminuye el riesgo de sobrealimentación y obesidad futuras.
Por nuestra parte, les sugerimos revisar estos brevísimos consejos de MedlinePlus “Serie de primeros auxilios en caso de ahogamiento en bebés menores de 1 año”. MedlinePlus, por cierto, no se olvida de mencionar que “por lo general, la asfixia en los bebés es causada por la inhalación de un objeto pequeño que se han llevado a la boca, como un botón, una moneda, un globo, una parte de un juguete o la batería de un reloj”.