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¿Qué se hereda más, la obesidad o la delgadez?

Actualizado: Jue, 12/09/2019 - 08:00

Heredar obesidad o delgadez
Si el padre y la madre son delgados, hay más posibilidades de que la niña o niño también lo sea. Y lo mismo a la inversa si los padres tienen sobrepeso u obesidad
Mientras no se demuestre lo contrario, no es cierto, como se rumorea, que algunas personas pueden comer lo que quieran y no engordar. De haberlas, son contadísimas excepciones
Existe una predisposición genética a la obesidad, es cierto, pero no debemos agarrarnos a ello como justificación a no perder peso, pues el porcentaje de la influencia genética de la obesidad ronda el 5-10%, según la literatura científica

Un artículo publicado este año en Plos Genetics comparó el genoma de 1.622 personas persistentemente delgadas y clínicamente sanas con el de 1.985 casos de obesidad infantil grave y con 10.433 personas de peso normal. ¿El resultado? La obesidad parece heredarse algo más (en concreto, un 32,33%) que la delgadez (28,07%).

Uno de los objetivos de este trabajo fue averiguar si la caracterización de la genética de la delgadez puede proporcionar una mejor comprensión y ayudar a identificar posibles factores anti-obesidad, habida cuenta de que los trastornos asociados a la obesidad se encuentran a día de hoy entre las principales causas por las que la gente la palma en todo el mundo. Por este motivo, la investigación estudió a un millar largo de delgados para determinar qué les impedía engordar en un ambiente cada vez más obesogénico.

Para los autores del estudio genético al que hacemos referencia, el progresivo aumento de la obesidad se debe a diversos cambios en el medio ambiente, al creciente consumo de alimentos muy ricos en calorías y a la reducción de los niveles de actividad física. Sin embargo, comiendo prácticamente lo mismo y con un estilo de vida parecido, algunas investigaciones han documentado que algunas personas son particularmente susceptibles a desarrollar obesidad, mientras otras permanecen delgadas. Esto ha podido verse, por ejemplo, dicen los investigadores, en niños adoptados, en los que se ha demostrado que entre el 40 y el 70% de la variación del peso corporal responde a factores hereditarios. Sin embargo, se sabe todavía poco sobre las características genéticas específicas de los individuos persistentemente delgados….

Algunos estudios anteriores sugieren que la delgadez parece ser un rasgo que es, al menos, tan estable y hereditario como la obesidad [1-3]. Un estudio realizado con 7.078 niños y adolescentes del Reino Unido encontró que el predictor más fuerte de la delgadez infantil/adolescente era el estado de peso de los padres. La prevalencia de la delgadez fue mayor (16,2%) cuando ambos padres eran delgados y progresivamente menor cuando ambos padres tenían peso normal, sobrepeso u obesidad [4].

Tras publicarse el estudio de Plos Genetics, algunos expertos han opinado sobre sus conclusiones y sobre el runrún de que algunas personas pueden comer como una lima sin engordar, mientras otras, comiendo lo mismo, ganan peso prácticamente al respirar. El posible resumen de lo que opinan los expertos sobre este estudio es que, salvo contadas excepciones, la inmensa mayoría de las personas que ganan peso con facilidad no lo hacen por una predisposición genética, sino por la suma de otros factores.

Por ejemplo, para Tim Spector, profesor de Epidemiología Genética en el King´s College de Londres, la investigación publicada en Plos Genetics confirma las conclusiones de algunos estudios realizados en los últimos 15 años. A saber: que las personas delgadas tienen más probabilidades de tener varios parientes delgados y las personas obesas, más parientes con obesidad. Asimismo, alrededor de un tercio de las personas en la mayoría de los países logran mantenerse delgadas a pesar de estar expuestas a entornos alimentarios que favorecen engordar. “Algo de esto se debe a los genes, pero es probable que otros factores, como las diferencias individuales en el estilo de vida o los microbios intestinales, sean también responsables”, opina Spector.

Por su parte, Tom Sanders, profesor emérito de nutrición y dietética del King's College de Londres, ha dicho lo siguiente sobre el estudio que nos ocupa: 

“Este es un estudio importante y bien realizado que confirma que la obesidad severa precoz a menudo se determina genéticamente y muestra de manera convincente que aquellos que son muy delgados son genéticamente diferentes de la población general. Sin embargo, la mayor parte de la obesidad se adquiere en la vida adulta y está relacionada con el entorno obesogénico en el que vivimos (un estilo de vida sedentario y un acceso abundante a alimentos ricos en calorías). Además, las diferencias genéticas no pueden explicar el gran aumento en la prevalencia de obesidad en niños menores de 6 años que puede tener su origen en el embarazo y la primera infancia cuando el apetito se programa en la descendencia".

Veamos ahora la opinión sobre el estudio publicado en Plos Genetics de Keith Frayn, profesor emérito de metabolismo humano de la Universidad de Oxford:

“La delgadez y la gordura son dos extremos de un espectro. Está bien establecido que la gordura excesiva (obesidad) tiene un fuerte componente heredado, por lo que no es una gran sorpresa encontrar que lo mismo es cierto para la delgadez. Sin embargo, un hallazgo interesante de este estudio es que no todos los genes involucrados son iguales. Estos resultados no nos dicen nada acerca de por qué algunas personas permanecen delgadas. En el comunicado de prensa, el profesor Sadaf Farooqi, uno de los coautores del estudio publicado en Plos Genetics, dice que ´Algunas personas simplemente no están tan interesadas en la comida mientras que otras pueden comer lo que les gusta, pero nunca engordan´, pero los resultados no confirman la idea de que algunas personas pueden comer lo que quieran y nunca engordar. (…) Casi toda la evidencia de los estudios genéticos y fisiológicos apunta al hecho de que el peso corporal es en gran medida un reflejo de cuánto comemos. Si hay personas que pueden comer lo que les gusta y no engordan, o no quieren comer mucho, o son las personas que hacen ejercicio regularmente. Hay que recordar que los autores excluyeron a las personas que hacen ejercicio regularmente de la cohorte delgada, por lo que es necesario un estudio de la genética de la ingesta de energía baja versus alta".

Así pues, determinar la causalidad genética de la obesidad o el sobrepeso no es tarea sencilla. Aquí entra en juego la epigenética (las modificaciones que se producen en los genes a causa del ambiente y que son heredables), algo que no podemos obviar. Para determinar que la causa de obesidad es directamente genética se deben hacer estudios en gemelos homocigotos que viven en ambientes diferentes; es este ambiente el que determina que un gen se exprese y otro no. Según un artículo de Migliore publicado en el año 2016, “la obesidad y sus complicaciones están cada vez más asociadas con los contaminantes ambientales (obesógenos), las modificaciones de la microbiota intestinal y la ingesta de alimentos desequilibrados, factores que pueden inducir, a través de mecanismos epigenéticos, al aumento de peso y a consecuencias metabólicas alteradas”. Según el experto en epigenética Manel Esteller, “se ha visto que los efectos de una dieta alta en grasas pueden transmitirse durante tres generaciones, aumentando la predisposición a sufrir obesidad y diabetes”. De esta forma, los hábitos también son heredables, por lo que… ¿quién fue primero, el huevo o la gallina?

 

Referencias bibliográficas:

(1) Bulik CM, Allison DB (2001) The genetic epidemiology of thinness. Obes Rev 2: 107–115. [PubMed] [Google Scholar]

(2). Costanzo PR, Schiffman SS (1989) Thinness—not obesity—has a genetic component. Neurosci Biobehav Rev 13: 55–58. [PubMed] [Google Scholar]

(3) Magnusson PK, Rasmussen F (2002) Familial resemblance of body mass index and familial risk of high and low body mass index. A study of young men in Sweden. Int J Obes Relat Metab Disord 26: 1225–1231. 10.1038/sj.ijo.0802041 [PubMed] [CrossRef] [Google Scholar]

(4) Whitaker KL, Jarvis MJ, Boniface D, Wardle J (2011) The intergenerational transmission of thinness. Arch Pediatr Adolesc Med 165: 900–905. 10.1001/archpediatrics.2011.147 [PubMed] [CrossRef] [Google Scholar]

 

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