Si hay un rumor que los dietistas se resisten a desmentir (sobre todo si son varones, casados y cuarentones…) es el que sostiene que hacer el amor quema una barbaridad de calorías.

La referida hipótesis acostumbra a conceptualizarse con la palabra “sexercise” y parte de la siguiente premisa: si haciendo el amor durante media hora una mujer podría llegar a quemar unas 85 kilocalorías, en 23 sesiones habría gastado lo mismo que ingiere en un día: unas 2.000 kilocalorías. En hombres harían falta más sesiones (29), porque tienen más masa muscular y consumen más calorías. En definitiva, una excusa perfecta para dejar de hacer dieta...

Lamentablemente, un estudio recién publicado en la revista New England Journal of Medicine titulado “Mitos, presunciones y realidades sobre la obesidad” concluye que no nos pasamos 30 minutos haciendo el amor, sino que la duración promedio es cinco veces menor: 6 minutos. En ellos sólo se consumen 21 calorías, aproximadamente una cuarta parte de las que gastaría un hombre de cuarenta años que se entretuviera recogiendo conchas por la playa durante un cuarto de hora. Pero los autores del estudio no lo dejan ahí, sino que señalan, con buen criterio (a nuestro modo de ver), que ver la televisión gasta la tercera parte de calorías. Un buen motivo para perder el mando a distancia…

Nadie ha desmentido hasta la fecha otras bondades del sexo en pareja, así que sería una omisión imperdonable no traerlas a colación:

• Mejoras en el sistema inmunitario y cardiovascular.
• Aumento de la autoestima.
• Potenciación de la intimidad con la pareja.
• Reducción de la sensación de dolor, en caso de tenerlo (por la liberación de una hormona llamada «oxitocina»).
• Disminución del riesgo de padecer cáncer de próstata, en caso de ser hombre. De tratarse de mujer, se reduce el riesgo de incontinencia urinaria, gracias a potenciar la fortaleza de los músculos del suelo pélvico.
• Mejor calidad del sueño.