Publicado: Vie, 04/07/2014 - 10:55
Actualizado: Vie, 04/07/2014 - 11:39
Desde que en 2010 transcendió que Renée Zellwegger, la protagonista de “El diario de Bridget Jones”, come cubitos de hielo para calmar la ansiedad y así no picotear alimentos generalmente muy dulces, muy salados o muy grasos, “la dieta de comer hielo” ha merecido “escalofriantes” reportajes en revistas y webs que han acabado por “derretir” a sus lectores con la promesa de que el cuerpo gasta tantas calorías en calentar esa agua en forma de cubito, que cualquiera puede adelgazar de manera realmente “refrescante”.
Pero, antes de profundizar en el tema, veamos la primera referencia que aparece en Google tras escribir “la dieta del hielo” y hacer click:
(…) He aquí una buena noticia para usted. Comer cubitos de hielo puede hacer perder esos kilos de más. (…) ¿Se pregunta cómo el hielo puede quemar la grasa del cuerpo? Encuentre las respuestas ...
Ice cube dieta para bajar de peso:
1. Cuando usted come los cubos de hielo, quema calorías y grasa del cuerpo. Esto es debido a que el cuerpo aumenta la temperatura del hielo para ajustar con la temperatura del cuerpo.
2. En una dieta de cubitos de hielo, que no se limitan a limitar la ingesta de alimentos. Coma lo que quiera, pero masticar el hielo después de la comida. Una dieta fácil perder peso.
3. Cubos de hielo con inhibidores naturales del apetito son más eficaces para la pérdida de peso fácil (…)
4. Comer un cubo de hielo controla el hambre, una manera fácil de perder peso. Sólo echar agua con hielo cubo con cada comida.
5. Sólo consuma una porción de hielo picado cuando tenga hambre (…) tiene cero calorías!
6. El agua del cubo de hielo con hielo picado es saludable para los dientes.
(…)
8. Cuando usted sienta que ha perdido peso, deje de comer cubitos de hielo.
Y ahora la traducción, porque el artículo está tan mal escrito que cuesta trabajo entenderlo. La ice cube, al parecer, fue creada por un tal Brian Weiner y se basa en la anticuadísima teoría de las calorías negativas, según la cual hay algunos alimentos que suministran menos calorías que las que luego gasta el cuerpo al digerirlos.
Según puede leerse en la página 43 y 44 de “Comer o no comer”, a finales del siglo XX Neal D. Barnard escribió “Foods that Cause You to Lose Weight: The Negative Calorie Effect” (Alimentos que hacen que pierdas peso: el efecto de las calorías negativas). En concreto, la hipótesis que barajó Barnard fue que existen alimentos que para ser digeridos queman más calorías que las que aportan. Y puso como ejemplo los espárragos, que únicamente suministran veinticuatro calorías por cada cien gramos de porción comestible. En cambio, para digerirlos, Barnard calculó que se precisan cuarenta calorías, con lo que en lugar de engordar, especuló, “proporcionan dieciséis calorías negativas” (la diferencia entre cuarenta y veinticuatro).
Es decir, Barnard vino a sugerir que hay alimentos que "descomen" o, lo que es lo mismo, que en lugar de proporcionar calorías las restan, un poco en la línea de lo que sugirió el escritor F. Scott Fitzgerald al publicar en 1922 "El curioso caso de Benjamin Button", que en 2008 daría lugar a una adaptación cinematográfica en la que Brad Pitt (Benjamin Button) nace con el cuerpo de una persona de 90 años que con el transcurso del tiempo va rejuveneciendo hasta acabar hecho un mozalbete que cada vez pesa menos. En resumen: el mundo al revés...
“Pese a que la comunidad científica le enmendó el error al hacerle ver que, por definición, los alimentos aportan calorías, Barnard siguió en su sus trece” –se explica en el libro “Comer o no comer”–. “De nada valió que algunos nutricionistas le recordaran que si bien quemamos entre un 5 y un 10 por ciento de las calorías que ingerimos al digerir los alimentos, estas mediciones se efectúan sobre el conjunto de los alimentos, ya que es prácticamente imposible medir el gasto energético de un alimento en concreto”.
Pero, lejos de amilanarse, el inventor de las “calorías negativas” decidió dar un paso al frente y reveló los diecisiete nuevos alimentos “quemagrasas”, por más que nunca explicara cómo un espárrago llega a “fundir” el tejido adiposo. A saber: achicoria, ajo, apio, calabaza, cebolla, coliflor, endivia, espinacas, hinojo, zanahoria, calabaza, lentejas y judías.
Según se encargó de recordar Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Dietética y Nutrición del Hospital Universitario La Paz de Madrid, en ese mismo libro, también hacia 1980 se postuló equivocadamente que habían “antinutrientes”, si bien “estamos en condiciones de señalar –recalcó entonces Gómez Candela– que aunque hay frutas y verduras que aportan poca energía utilizable, en ningún caso el balance es negativo”.
Sin embargo, a pesar de los pesares, estaba claro que una teoría tan golosa no iba a caer en saco roto porque unos cuantos aguafiestas dijeran que no tenía ni pies ni cabeza, así que, cuando la gente se olvidó un poquito de que las calorías negativas eran una solemne tontería, otra serie de personas volvieron, erre con erre, a insistir en que beber cerveza helada o agua congelada iba de maravilla para adelgazar. Tal vez convenga recordar que en 2010 la revista “TMZ” publicó el ránking de las 10 peores dietas hechas por famosas –según informó la agencia Europa Press el 18 de agosto de ese mismo año– y en el top ten ya figuraba Rennée Zellweger, la actriz tejana protagonista de “Cold Mountain” que puso de moda lamer cubitos de hielo, como comentábamos al principio.
No obstante, y de cara a los estudiosos del folclore popular, para que un mito dietético tenga éxito entra la gente normal y corriente ha de tener, en apariencia, un mínimo sustrato científico, aunque sea disparatado. Veamos a continuación el tipo de matemáticas que proponen los que defienden la rocambolesca teoría de que se puede perder peso caminando desnudo en pleno invierno o comiendo cubitos de hielo, que para el caso viene a ser lo mismo:
“Si uno considera que el cuerpo humano necesita proveer el calor necesario para derretirlos (alrededor de 6 kj/mol o 0.079 kcal/g si uno sustituye el peso molar del agua) y para llevar esta agua (ahora líquido) a la temperatura promedio del cuerpo (aproximadamente 310 K o 37°C), al costo energético promedio de 0.0755 kj/mol/k o 0.001 kcal/g/k.
Si suponemos que peso promedio de un cubo de hielo es de 10 gramos, la energía provista por el cubo de hielo llega al respetable valor de -1,17kcal por cubo de hielo, y esto suponiendo que son ingeridos a la temperatura a la que se derriten ( 0°C).
Esto significa, que por ejemplo, que las calorías contenidas en una lata de Coca-Cola regular (no diet) Que son 33 cl, son totalmente eliminadas simplemente añadiéndole 148 cubos de hielo.
No es esto brillante? Que estas esperando? Anda y comete algunos cubos de hielo!
Precaución!
Comer hielo debe ser una decisión consciente en tu parte. Si te encuentras con unas ganas inexplicables de consumir hielo, probablemente podrías padecer de Deficiencia Anémica!
Lo traducí yo .. si quieren el texto original: http://qntm.org/icecubes (Inglés)
Saludos".
A partir de aquí, lo mejor es dar paso a Juan Revenga, autor del blog “El nutricionista de la general”. Revenga ha tratado este mito en dos textos, que resumiremos aquí. El primero de ellos lo tituló “La tontería de beber cerveza (o agua) helada para perder peso”. En él dio cumplida respuesta al bulo que reproducimos a continuación:
“Por las leyes de la Termodinámica, todos sabemos que una caloría es la energía necesaria para pasar 1 gr. de agua, de 21,5º a 22,5º C. No es necesario ser ningún genio para calcular que si el hombre toma una copa de agua helada (200ml o 200g), aproximadamente a 0º, necesita 200 calorías para ponerla a 1º. Para que haya un equilibrio térmico con la temperatura corporal, serán necesarias unas 7400 calorías para que estos 200grs. de agua, alcancen los 37º de la temperatura corporal (200 g x 37ºC). Y para mantener esta temperatura, el cuerpo usa la única fuente de energía disponible: LA GORDURA CORPORAL. O sea, que precisa quemar grasas para mantener la temperatura estable. La Termodinámica, no nos deja mentir sobre esta deducción. Así, si una persona bebe una pinta de cerveza (aproximadamente 500cc) a la temperatura de 0º, pierde aproximadamente 17500 calorías (500 g x 37ºC). Ahora bien, no vamos a despreciar las calorías que tiene la pinta de cerveza, que son aproximadamente 1000 calorías para los 500grs. Si se restan estas calorías, tendremos que una persona pierde aproximadamente 16500 calorías por la ingesta de una pinta de cerveza helada. Obviamente, cuanto más helada esté la cerveza, mayor será la pérdida de calorías. Como debe estar claro para todos, esto es mucho más efectivo que, por ejemplo, andar en bicicleta o correr, con lo que solo se quemarían unas 1.000 calorías por hora. Así pues, adelgazar es terriblemente sencillo. Basta con beber cerveza bien helada, en grandes cantidades, y dejemos a la termodinámica hacer el resto”
Esto fue lo que escribió en 2012 Revenga en relación con lo anterior:
¿Verdad que suena bien? Pues es una patraña. Bien organizada, más o menos, pero una patraña destinada a engañar a aquellos que han oído hablar de calorías, de energía de los alimentos, etcétera, pero que en realidad no tienen ni idea. El contenido de este documento científico está totalmente tergiversado. Está ideado con el único objetivo de engañar. Es, en definitiva, un ejemplo claro de cómo suelen organizarse estos mitos del adelgazamiento fácil. Vamos a analizarlo:
1. La definición de caloría es acertada, más o menos: en realidad se trata de la cantidad de energía necesaria para incrementar en un grado centígrado la temperatura de un gramo de agua (en concreto, desde 14,5 ºC hasta 15,5 ºC). Por tanto, es cierto que la cantidad de energía necesaria para calentar 200 mililitros de agua helada (a 0 ºC) hasta que alcance 37 ºC (la temperatura corporal) es de 7.400 calorías aproximadamente.
2. Es cierto que cuanto mayor sea el volumen de líquido helado, mayor “inversión” de calorías será necesaria para calentarlo hasta 37 ºC. En el caso de medio litro de cerveza helada, la cantidad de calorías es de 18.500 (ya sé que en el texto afirma que 17.500, pero este dato da muestra, una vez más, del calado científico del mismo. Su autor no sabe por dónde se agarra una calculadora).
3. Falla estrepitosamente en el cálculo del aporte de energía de la cerveza. No son 1.000 calorías, como afirma alegremente, sino unas 225 kilocalorías. Fíjense bien, no he dicho 225 calorías, sino 225 kilocalorías, es decir, 225.000 calorías (todo en letra, como en los cheques: doscientas veiticinco mil calorías).
4. El “pequeño error” de esta placentera pero absurda (e ineficaz) herramienta para perder peso trincando cerveza está en confundir calorías con kilocalorías.
Hagamos las cuentas bien y veamos el balance de beber medio litro de cerveza helada:
- Beber medio litro de cerveza helada implica un desembolso energético de 18.500 calorías (para calentarla hasta 37 ºC).
- Esa misma cantidad de cerveza aporta 225.000 calorías (para llegar al contenido calórico de esta cantidad de cerveza se puede consultar esta entrada)
- Por tanto, el balance final después de beberla (aparte del puntito gracioso) es de 206.500 calorías positivas.
Alguien podría pensar que la dieta de la cerveza helada (que aporta calorías con una resultante claramente positiva) puede cambiarse por la dieta del agua helada (ya que el agua es el único alimento que no aporta calorías). Pues bien, para llegar a un balance “cero” entre las calorías que necesita diariamente una persona (pongamos 2.500 kilocalorías, en términos medios) a base de calentar ese agua hasta los 37ºC habría que beber cada día:
(500ml x 2.500.000 cal) / 18.500 cal para pasar medio litro de agua helada a 37ºC = 67.567,56 ml de agua helada
O lo que es lo mismo, algo más de 67,5 litros de agua helada al día, es decir unos 270 vasos. Lo que no parece muy coherente ni saludable.
Pues eso…