Publicado: Vie, 14/11/2014 - 09:12
Actualizado: Vie, 14/11/2014 - 09:12
Si Drácula ya tenía suficiente con ahuyentar el ajo clásico de toda la vida, ahora se le ha sumado un nuevo competidor: el ajo negro. Este curioso bulbo de la familia de las liliáceas está de moda. En nuestro país se ha convertido no sólo en la nueva dieta de las famosas, sino además en un ingrediente gourmet, utilizado por los gurús de la cocina creativa y de vanguardia. Ferran Adrià, por ejemplo, lo introdujo en el verano de 2007 en sus deslumbrantes menús de “El Bulli”.
El ajo negro se obtiene a partir del ajo blanco, mediante un proceso de fermentación, tras someterse a altas temperaturas. Su tiempo de elaboración depende de las condiciones de humedad y de temperatura que se apliquen.
Según afirman los investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), “en el proceso de transformación del ajo blanco en ajo negro ocurren numerosas reacciones bioquímicas que incrementan notablemente las propiedades antioxidantes del ajo negro”, llegándose a alcanzar concentraciones hasta diez veces superiores a las presentes en el ajo blanco.
Sobre este particular, la "Clinical Trial Center for Functional Foods, Chonbuk National University Hospital, Jeonbuk, Republic of Korea" llevó a cabo un estudio cuyo objetivo era investigar si la administración de suplementos con ajo negro podría mejorar los perfiles de lípidos en sangre en ratas con hipercolesterolemia leve.
Los resultados no observaron ninguna diferencia significativa en los triglicéridos, el colesterol LDL, el colesterol total, o los niveles de ácidos grasos libres entre los dos grupos en donde uno tomó ajo negro y el otro un placebo.
Sin embargo, el ajo negro aumentó (en comparación con el grupo de placebo al final del estudio) los niveles de colesterol HDL, también conocido como "colesterol bueno", ya que es el encargado de retirar el colesterol de los tejidos y arterias y transportarlos al hígado.
¿Vale la pena comprar ajo negro? Tal vez sí y tal vez no, depende…
Hemos visto que existe algún estudio preliminar y en animales que sugiere posibles beneficios nutricionales del ajo negro. Ahora bien, tengamos en cuenta otros factores. Por ejemplo, su precio: una caja con dos cabezas de ajo negro cuesta entre 6 y 8 euros mientras que medio kilo de ajo blanco (unas 6 cabezas) pueden llegar a costar entre 1,80 y 2,40 euros.¿Realmente merece la pena quemarse el bolsillo?
Seguramente no….sin olvidar que la cantidad extra de antioxidantes que supuestamente recibiríamos al consumirlo, estaría condicionada a la frecuencia y cantidad de consumo. Es decir, la toma media de ajo negro para recibir sus beneficios, se situaría entre 2 -3 dientes al día a lo largo de varios años. Incluso en este caso, no estaría garantizado un beneficio extra por dos razones, porque es muy difícil individualizar el efecto de un nutriente en particular y porque algunos de los supuestos beneficios que se atribuyen a su consumo (como tomar el ajo negro en ayunas o antes de las comidas) no tienen evidencia empírica. Algo parecido puede afirmarse de que este ajo es homeopático “al desarrollarse durante el proceso de confitado 18 aminoácidos esenciales”, lo que permitiría al ajo “black” (según leemos en una web…) potenciar el sistema inmunológico, combatir el estrés, proteger el hígado, mejorar la actividad de la próstata, fortalecer los huesos, energizar y vigorizar el cuerpo, prevenir la diabetes, retrasar la vejez, bajar el colesterol, ahuyentar la depresión, aumentar la potencia sexual, bla, bla, bla, bla..
En este sentido, si lo que queremos es aumentar los alimentos antioxidantes en la dieta, sería más coherente el aumento de frutas y verduras, fuente magnífica de antioxidantes naturales. Te saldría más barato eso que practicar “magia negra”.
En cuanto a sus pretendidos efectos beneficiosos, aparte de los ya citados (extrapolables en gran medida al ajo común), hemos encontrado información muy interesante etiquetándolo como un nuevo “superalimento”, por sus poderes energetizantes, e incluso afrodisiacos que justificarían su “superprecio”. Hasta tal punto llega el fervor que despierta el ajo negro que algunas webs han caído rendidas a sus pies al señalar que se trata del “mejor aliado natural contra el estrés”.
Desde “Comer o no comer” queremos insistir en que no existe ningún problema en comprar ajo negro por probar un sabor diferente, al contrario, puede ser una idea divertida pues el ajo negro tiene un gusto que recuerda a las ciruelas desecadas, pero pensar que el ajo negro nos va a hacer mejores en algún sentido solo se le ocurriría a un vampiro como “Blácula” (película que narra la tragedia del príncipe africano Mamuwalde tras ser convertido en un vampiro) en el supuesto de que, verdaderamente, le hiciese efecto, claro.