Cuando uno ve un vídeo como este, lo primero que piensa es “¡cómo se les ha podido ocurrir!” al tiempo que se queda embobado… Y es que hay que verlo para creerlo: Very cool way to separate egg yolk, un vídeo de Handimania con más de 15 millones de visualizaciones hasta el día de de publicación de este texto. Os animamos a verlo, no tiene desperdicio.

Pero si queréis usar esta técnica hay que recordar que es imprescindible utilizar cada vez una botella perfectamente higienizada pues, sabido es, que la salmonella y otras bacterias siempre están al acecho.

Otra cosa más, ya que estamos: si bien es cierto que el huevo contiene bastante colesterol (se concentra en la yema), también lo es que, tal como esgrime Juan Revenga en su blog, “el valor de la colesterolemia (cifras de colesterol en sangre) de una persona en concreto depende de muchos factores, entre los que la presencia de colesterol en la dieta parece no ser el más determinante”. Julio Basulto, por su parte, indica que en 1997 se realizó un riguroso estudio donde ya se demostró que la ingesta de huevos no se asocia con cambios significativos en el colesterol sanguíneo. En “Comer o no comer” preferimos no entrar a detallar qué eleva y qué no eleva el colesterol, pero sí que queremos finalizar con esta reflexión de Revenga: conviene que no entendamos la no necesidad de restricción del consumo de huevos como una “barra libre” de huevos, “ya que, bien entendida, una adecuada planificación dietética no implica ´barras libres´ de nada”.