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Nuevos estudios científicos apoyan la idea de imponer una tasa a los refrescos azucarados para reducir la obesidad

Actualizado: Mié, 06/11/2013 - 18:47

Cada vez son más los países que se plantean si los refrescos azucarados son el tabaco del siglo XXI
Según informaron en su momento diversos periódicos españoles, cuando la Generalitat de Catalunya se planteó un impuesto similar el embajador norteamericano en Madrid se reunió con Artur Mas para trasladarle el descontento de Coca-Cola y Pepsi-Cola
La duda es si deberían ser los ciudadanos quiénes pagaran un sobreprecio por los refrescos azucarados o multarse directamente a las empresas

El número de personas con obesidad en el Reino Unido podría reducirse un 1,3% (esto es, en alrededor de 180.000 personas) si se introdujera un impuesto del 20% sobre el azúcar de las bebidas azucaradas. Esta es la principal conclusión de un estudio que acaba de publicar la revista BMJ, editada por la Asociación Médica Británica. Por lo visto, los mayores efectos en cuanto a reducción de la obesidad se darían entre los jóvenes, más que entre los adultos.

De hecho, y pese a que los grandes fabricantes de refrescos azucarados están ejerciendo de lobby para que este impuesto no llegue a materializarse (no tanto porque se encarecería el producto, sino porque los consumidores dejarían de asociar el consumo de refrescos con la “felicidad”…) cada vez son más las voces que reclaman un tratamiento similar para las bebidas azucaradas que para el alcohol y el tabaco, dada su repercusión en la salud pública.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Reading calcularon que un impuesto del 20% en las bebidas carbonatadas podría reducir las ventas en un 15% y llevar a un porcentaje de la población que actualmente no tiene este hábito a beber agua en las comidas. El estudio, que fue realizado sin financiación y “libre de intereses” (una etiqueta que vale la pena tener muy en cuenta y que para el equipo que hace posible “Comer o no comer” viene a ser algo así como el santo grial…) fue publicado el jueves en la revista BMJ.

“Cualquier alternativa para que la gente compre cosas mejores que refrescos azucarados es positiva. Esta medida no es una panacea, pero forma parte de la solución”, ha indicado Mike Rayner, investigador de la Universidad de Oxford que ha participado en la investigación.

En cuanto a Tam Fry, portavoz del Foro Nacional de Obesidad, ha manifestado: “estamos a merced de estas empresas (de comida y bebidas)”. Sin embargo, Fry, que no ha participado en el estudio, se decanta, en lugar de por imponer un impuesto a los consumidores, porque el gobierno multe directamente a las empresas que excedan ciertos límites en la cantidad de azúcar permisible en alimentos y bebidas. “Las compañías deberían ser obligadas con medidas fiscales en vez de castigar al consumidor con impuestos. Pero es verdad que tenemos un problema con la obesidad tan grande en este país que debemos de dejar de lado las sutilezas. Ha llegado el momento de sacar el garrote”, señala.

En la actualidad, este tipo de impuestos a las bebidas azucaradas han sido aplicados o considerados en otros lugares, como Francia, México, Noruega y Estados Unidos.

Tal vez convenga recordar que esta medida ya fue barajada por el Parlamento de Catalunya en 2012 y que ese mismo año fue desestimada una propuesta de ley similar en el Congreso de los Diputados (al parecer, después de unas presiones enormes…). Según publicó el diario “El País” entonces, y como podrás comprobar en este enlace, la tasa a las bebidas azucaradas que contempla la Generalitat de Catalunya ha llegado a movilizar a la embajada de EE.UU. en Madrid. En concreto, esto es lo que escribió Rafael Méndez en “El País” el 5 de marzo de 2013:

“El embajador norteamericano en Madrid, Alan D. Solomont, se reunió el pasado 8 de febrero con Artur Mas en Barcelona y le trasladó el malestar de sus empresas, principalmente Coca-Cola y Pepsi, con el impuesto, según fuentes próximas al encuentro. Solomont le ha hecho llegar a Mas que el impuesto sería discriminatorio ya que Pepsi y Coca-Cola tienen el 70% del mercado de bebidas azucaradas. Además, avisó el embajador, el nuevo tributo puede ahuyentar la inversión de empresas de Estados Unidos en Cataluña. Ni la embajada —que niega que presionara— ni el entorno de Mas comentan el encuentro, al que no se dio publicidad alguna”.

En este otro enlace encontrarás valiosa información recopilada por el doctor Rojas-Rueda, investigador del Centre de Recerca en Epidemiología Ambiental (CREAL) del Institut Hospital del Mar de Barcelona, sobre los estudios científicos que se han realizado en diversos países sobre esta cuestión y su impacto en la salud pública. Por cierto, si entras en el enlace fíjate en las dos etiquetas que hay en la parte inferior, porque son una garantía: Financiación: ninguna y Conflicto de intereses: ninguno.

Las bebidas azucaradas proporcionan calorías con bajo valor nutritivo, y diferentes revisiones sistemáticas han encontrado una correlación entre el consumo de bebidas azucaradas y el incremento del peso corporal. Cada litro de bebidas azucaradas aporta entre 310 y 450 kcal. En España en 2011 aumentó el consumo de bebidas azucaradas en un 2%, mientras que el consumo de frutas se redujo un 0,8%.

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