Publicado: Mar, 07/01/2014 - 09:49
Actualizado: Mar, 07/01/2014 - 12:44
Unos investigadores de la Escuela de Medicina de Cardiff acaban de deprimirme, sin saberlo, el comienzo de año. Han evaluado la influencia de factores relacionados con el estilo de vida sobre ciertas enfermedades crónicas (diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares o cáncer) y también sobre la demencia, tras seguir a más de 2.000 varones durante 35 años. Al principio todo pintaba bien, una vida saludable se asocia a un incremento en la esperanza de vida, a un 60% menos de posibilidades de padecer demencia y también a un 70% menos de riesgo de sufrir diabetes o ataques al corazón, según recoge la edición de diciembre de PLoS ONE. También me han gustado las declaraciones de uno de los investigadores, Peter Elwood, quien señala que unos buenos hábitos son de “enorme importancia en el envejecimiento de la población”, ya que previenen de forma clara la demencia y las enfermedades crónicas. Hasta aquí todo genial.
Los investigadores definieron los “comportamientos de salud” recomendables tomando como referencia cinco ”ítems”:
- No fumar.
- Mantener un peso saludable (IMC de entre 18,5 y 24,9).
- Consumir más de tres raciones diarias de frutas y hortalizas (querían poner cinco, pero como solo un 0,7% de los voluntarios las tomaban –sic-, decidieron reducir las raciones a tres diarias) y menos del 30% de las calorías a partir de grasas (si alguien se anima a escribir una respuesta a los autores en PLoS ONE, que aproveche para señalarles que el límite superior propuesto en 2010 por la EFSA es del 35%).
- Practicar ejercicio de forma regular, y
- Mantener un consumo bajo de alcohol (“menos de cuatro unidades diarias”. Valdría la pena incluir en la respuesta antes citada dos cositas más: a) que es mejor indicar “de bajo riesgo” en vez de “moderado”, como señalé hace poco en mi cuenta de Twitter, y b) que sus cifras pueden cuadrar con lo que el U.S. Preventive Services Task Force considera “Uso arriesgado de alcohol”).
Y aquí es cuando viene lo deprimente, porque menos del 1% de los voluntarios cumplían con los cinco parámetros antes citados. El seguimiento de 35 años, además, mostró que el número de personas cuyos hábitos de salud son buenos está “estancado”. Estos datos son extrapolables a nuestro país, puedo asegurarlo.
Urge, y mucho, que cambiemos nuestro estilo de vida, que pidamos ayuda para dejar de fumar o de beber en exceso, y también para disminuir nuestro peso corporal. Todo el que me conozca o haya leído mis libros sabrá que soy bastante partidario de predicar con el ejemplo, así que aquí les dejo: me voy a correr un rato, a ver si se me pasa el disgusto.
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- Elwood P, Galante J, Pickering J, Palmer S, Bayer A, Ben-Shlomo Y, et al. Healthy lifestyles reduce the incidence of chronic diseases and dementia: evidence from the caerphilly cohort study. PLoS One. 2013;8(12):e81877.