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Tomamos más energía a partir del alcohol que de las legumbres. ¡Qué bien!

Actualizado: Mar, 15/04/2014 - 01:27

@JulioBasulto_DN

Todavía no he recobrado mi cabeza del disgusto con el que empecé el año. Por si no pasan por “Comer o no comer” a menudo, deben saber que en enero incluíamos, en este enlace, pruebas de lo deprimente que es nuestro estilo de vida. Pues bien, leyendo un informe (que comento en unas líneas) sobre nuestro patrón de alimentación, he vuelto a la pesadumbre: ¡tomamos más calorías a partir del alcohol que de las legumbres!

No debería sorprenderme: por paradójico que parezca, la buena fama de las legumbres aumenta a la vez que disminuye de manera decidida su consumo. Hasta la década de los 40 eran indispensables en cualquier dieta y desempeñaban un papel central en la nutrición humana, pero desde los 70 su consumo ha disminuido muchísimo y no deja de hacerlo. 

Mientras que en 1964 los españoles ingeríamos 41 gramos diarios de legumbres, el consumo de estos alimentos disminuyó a 20,2 (la mitad) en solo 27 años (1991). Según el último informe de la Fundación Española de la Nutrición, FEN, (datos publicados en 2012 en base a encuestas realizadas en 2008), la ingesta actual vuelve a ser casi la mitad de lo consumido en 1991, es decir, unos 12,9 gramos/día, tal y como muestra la Gráfica 1, en la que se observa un leve pero esperanzador incremento desde el año 2006.

Gráfico consumo de legumbres en España desde 1964

Gráfica 1. Consumo de legumbres en España desde 1964 (gramos/día). Fuente: Fundación Española de la Nutrición. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Valoración de la dieta española de acuerdo al panel de consumo alimentario. 2012. En línea: http://www.fen.org.es/imgPublicaciones/30092012125258.pdf

Esta elevación en el consumo, en cualquier caso, no es suficiente para alcanzar las recomendaciones (que podrían ser superiores, por cierto) y es por ello que resulta necesario fomentar, desde todos los ámbitos sanitarios, su mayor presencia en los menús. Tal y como indica la FEN, no estaría nada mal que sustituyéramos algunas raciones de carne por legumbres.

Las Comunidades Autónomas que más legumbres consumen son Asturias, el País Vasco, La Rioja y Cataluña, que ingieren entre 12,6 y 16 gramos al día. La que menos consume es Galicia, con 8,7 gramos/día, tal y como muestra la Figura 1. Todas las comunidades autónomas están lejos del consumo recomendado (unos 30 gramos diarios, de media).

Consumo de legumbres por Comunidades Autónomas

Figura 1. Consumo de legumbres por Comunidades Autónomas. Fuente: Fundación Española de la Nutrición. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Valoración de la dieta española de acuerdo al panel de consumo alimentario. 2012. En línea: http://www.fen.org.es/imgPublicaciones/30092012125258.pdf

De hecho, y aquí viene lo grave (y de ahí el título de este texto), la población española consume, según el informe de la FEN, más energía a partir de bebidas alcohólicas (4,9%) que de legumbres (1,4%). Podríamos estar unos 18 días sin comer nada solo con las calorías que nos aporta el alcohol que ingerimos en un año. No es un dato glamoroso. ¿Acaso somos conscientes de que incluso pequeñas dosis de alcohol incrementan el riesgo de padecer determinados de cáncer? En abril de 2013 un enorme estudio sobre alcohol y cáncer aparecido en la revista “American Journal of Public Health”, concluyó que “no hay un nivel seguro de consumo de alcohol en relación al riesgo de cáncer”. Hablé en diciembre del año pasado del estudio, así como de las sabias declaraciones del principal firmante, el Dr. Timothy S. Naimi, del Departamento de Pediatría de la Universidad de Salud Pública de Boston, en el texto “Si las políticas para controlar el uso del alcohol fueran una vacuna”. Más recientemente, en marzo del presente año, un estudio publicado en International Journal of Cancer ha confirmado que dosis bajas de alcohol incrementan el riesgo de cáncer, en concreto de cáncer de mama. Lean qué opino sobre aquello de que el consumo moderado de alcohol “ser sano”, en este “tuit”.

No olvidemos, por cierto, que el alcohol es una sustancia adictiva. Una investigación publicada en Lancet en febrero de 2009 mostró que el 20% de las personas con dependencia del alcohol eran capaces de beber con moderación sin problemas en el año previo.

Que tomemos más energía a partir de alcohol que de legumbres se trata, en todo caso, de algo escalofriante para los expertos en nutrición y salud pública, ya que España ha sido a lo largo de su historia un gran consumidor de estos saludables alimentos. Aunque España todavía es uno de los países europeos con más consumo de legumbres, junto a Grecia y Portugal, este descenso terco de su presencia en los menús de la población es preocupante.

Las sociedades de alimentación y nutrición, las asociaciones de dietistas, y también las asociaciones médicas (de pediatría, del corazón, de la diabetes…), tanto españolas como europeas, insisten en que es imprescindible incrementar el consumo de legumbres e invertir la tendencia actual. Participa de dicha opinión la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de disminuir las enfermedades crónicas típicas de occidente.

Para terminar, y ya que “Comer o no comer” nació con el objetivo de ser un “observatorio permanente para el estudio de mitos y dietas milagro”, no puedo dejar de repetir algo que ya detallé en un texto titulado “Decir que hay alimentos buenos y malos…¿es blasfemar?, publicado esta misma web, en relación a una dieta milagro cada vez más famosa (lamentablemente) llamada “paleodieta:

“En las páginas 134-136 de ‘La dieta paleolítica’ (un libro que para cualquier especialista en nutrición resulta insultante de principio a fin) hallamos algunos comestibles “malos”: el arroz integral, la quínoa, las alubias, las judías (“de todo tipo” –sic-), los frijoles, los garbanzos, las lentejas, los guisantes. Para morirse, porque si hay una cosa en la que están de acuerdo todos los comités de nutrición es en la promoción sin ambages de los cereales integrales y de las legumbres”.

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