Tal vez hayas visto el vídeo o tal vez seas una de las pocas personas en España que todavía no se ha enterado de que este vídeo ha conseguido en pocos días millones de visitas. En él, un señor con barba, pertrechado con un cuchillo, procede a raspar una manzana roja como la de Blancanieves (“de estas manzanas sale el kilo a 1,70 o 1,80 euros”, dice) y comienza a extraer cera de la piel. “¡A ver qué carajo es lo que nos están poniendo de comer!”, continúa diciendo el señor de la barba blanca, mientras va cayendo una montañita de cera en el plato que tiene debajo.

“Aquí no se mete Sanidad, ni se mete el Gobierno, ni se mete nadie…”, se lamenta. “Ayer hice la prueba, hice lo mismo, y le metí fuego, pero esto no es cera, esto no arde, esto pega un pestazo como a petróleo, esto es lo que nos están dando de comer…”, continúa rezongando el señor de la barba, mientras se va calentando cada vez más. “¿Qué carajo es esto?”, suelta un poco más tarde, cuando la manzana que desolla comienza a acumular un polvillo blanco de cera cada vez más voluminoso. “¡Es normal que una manzana tenga esto!”, exclama. “Y esto mismo podéis comprobarlo, comprando un kilito, un cuarto o una manzanita en cualquier frutería”, señala, campechano, ganándose la complicidad de quienes ven el vídeo. “¡Este es el veneno que nos están metiendo en el cuerpo!”, sugiere el señor, mientras sigue rasca que te rasca. “Luego dicen los médicos que la vitamina la tiene la piel…pero, vamos, yo creo que esto no es vitamina, ¿no?”, se pregunta, mientras prosigue con su ri-ric-ric, raspando con su cuchillito rojo una segunda manzana. “¡Esto yo no lo he visto en mi vida! ¡Qué cojones es lo que nos están metiendo en el cuerpo! ¡Tú sabes cuántas enfermedades, que si el ébola, que si el sida, que si no se qué…!”, refunfuña el señor del vídeo viral, cada vez más enfadado.

Finalmente, el señor de la barba blanca, en el minuto 2:29 de este vídeo de 2:58 minutos, alcanza el climax y, pertrechado con un encendedor de cocina, procede a intentar quemar el montoncito de cera que ha acumulado de las tres manzanas que ha raspado en el ratito que lleva gruñendo. “¡Si fuera cera, esto ardería y se derretiría!, ¿no? ¡Esto huele a plástico, a tóxico! Ya no puedo más, ya no puedo más…”, reconoce en el momento más dramático del vídeo, justo antes de pontificar: “¡Bueno, señores, esta es la porquería que nos estamos metiendo, así esta todo…!”.

“Comer o no comer” quería escribir algo desde hacía tiempo sobre las ceras. Además de embellecer a las naranjas, por ejemplo, las ceras sirven para blindarlas y, por decirlo de alguna manera, para que respiren menos y se conserven durante más tiempo, así como para que resistan mejor los cambios de temperatura que experimentan al ser transportadas.

Pero el vídeo de las manzanas nos ha hecho cambiar lo que teníamos pensando escribir. Además, por cosas de la vida, el otro día tuvimos oportunidad de conversar con Miguel Ángel Lurueña, autor del magnífico blog “Gominolas de petróleo”, que os recomendamos vivamente, y nos dijo que estaba preparando un post sobre este tema. El día que lo publicó fue tan amable de avisarnos y…amigas, amigos, es realmente espectacular. Si os interesa la historia del señor que habla con las manzanas mientras les va dando cera, y que tal vez pronto susurrará a los caballos, pues sabido es que se pirran por las manzanas, pinchando aquí encontraréis la respuesta a absolutamente todos los temas que pone encima de la mesa el enigmático señor de la barba. El final del post de “Gominolas de petróleo” es espectacular, con Mauricio Schwartz impartiendo justicia poética y restituyendo la verdad en este vídeo titulado “La ignorancia es veneno”. Genial.

Por parte de “Comer o no comer”, solamente dedicaremos un párrafo a este tema. Antiguamente, amigas, amigos, había un antiguo adagio que decía: “los hechos son sagrados y las opiniones libres”. Sin embargo, este antiguo dicho actualmente se ha trasformado en otro muy diferente: “las opiniones son sagradas y los hechos libres”.

En estos tiempos en los que está tan de moda el “yo opino”, “yo creo”, “yo pienso”, y donde el “yoísmo”, es decir hablar de cualquier cosa se tenga o no idea del tema tratado, campa por sus anchas, está bien investigar con rigor para que los rumores no alcancen el estatus de verdades absolutas y dejemos de consumir manzanas por pensar que provocan sida o cualquier otra barbaridad.

¡Ah! Si os quedáis con más hambre de manzana, aquí encontraréis lo que escribió otro grande, Juan Revenga, y aquí el plato que preparó Mikel López Iturriaga en “El Comidista”. ¡Que disfrutéis de la compota!