Publicado: Mar, 03/11/2015 - 09:36
Actualizado: Mar, 03/11/2015 - 09:36
El color de los ojos viene determinado por los genes. Sin embargo, corre el rumor (nos dice una lectora argentina) que si se consumen ciertos alimentos durante un periodo prolongado de tiempo, la coloración ocular puede llegar a cambiar. Angela, nuestra lectora, también pregunta si alimentos como las almendras, la miel, las espinacas o el aceite de oliva poseen propiedades que ayudan a aclarar el color de los ojos de manera gradual en caso de consumirse a diario, “aunque he leído que para que el cambio de color se haga realidad han de pasar meses, incluso años”, apunta.
En lugar de hacer la vista gorda, hemos querido trasladar esta cuestión a César Morcillo, Jefe de Medicina Interna del Hospital Sanitas–CIMA de Barcelona. Asimismo, hemos hablado con Juana María González, dietista-nutricionista y directora técnica de “Alimmenta”, para averiguar si algunos alimentos podrían tener el mismo efecto que las lentes de contacto de colores.
Según Morcillo, que recientemente ha sido galardonado como el internista mejor valorado de España, “científicamente no hay nada que induzca a pensar que puede cambiar el color de los ojos”. Así, según explica este médico, el color de los ojos viene determinado genéticamente por la cantidad y la distribución de la melanina en el iris. “Existen algunas enfermedades, como la neurofibromatosis, el Síndrome de Waardenburg o el melanoma de iris que pueden alterar el color de los ojos, pero no así la dieta o algún alimento en concreto”. En cambio, no se tiene noticia de que comer profusamente miel o almendras lleve a aclarar el iris, incluso aunque se haga durante toda la vida (a modo de curiosidad un estudio publicado en PLOS One por la Universidad Charles de Praga señala que aunque las miradas oscuras nos generen más confianza, la seducción sigue perteneciendo a los iris más claros).
A título informativo, Morcillo explica que existen unas gotas para el tratamiento del glaucoma “que pueden llegar a potenciar el color de los ojos, oscureciéndolos”, lo que ha motivado que se debata si este cambio podría llegar a confundir a los nuevos sistemas de reconocimiento facial que leen en tres dimensiones el espacio que queda entre los labios y las cejas para identificar y franquear el paso a aeropuertos o recintos privados. “La respuesta es que no, que aunque estas gotas hiperpigmentan no alteran los sistemas de bioidentificación (1), en tanto estos se basan más en la estructura del iris que en la tonalidad de los ojos”, señala este internista.
Por su parte, la dietista-nutricionista Juana María González nos ha confirmado que no, que no está demostrado que exista ningún alimento que pigmente el iris. “Se pigmenta la piel y no el iris. Las sustancias liposolubles se acumulan en la grasa corporal, mientras que el iris tiene una naturaleza más acuosa. Comer muchas zanahorias puede llegar a pigmentar las manos, la nariz y la piel en general, que pude llegar a adquirir un tono amarillento o anaranjado, pero nunca el iris”, concluye.
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(1) “Effects of latanoprost in iris biodientification”, Heikki Lamminem, Ville Voipio, Tapio Manninen, Tampere University of Technology (Finland), University of Turku, Uppsala University Hospital, Departamento f Neurocience.