Publicado: Mié, 04/09/2013 - 11:09
Actualizado: Mié, 04/09/2013 - 11:20
Este libro coordinado por Jordi Salas-Salvadó, Pilar García-Lorda y José María Sánchez Ripollés ha alcanzado la categoría de “clásico”. A continuación reproducimos parte del capítulo titulado “La alimentación de nuestros ancestros”, obra de Eudald Carbonell e Ignasi Pastó Marín.
He aquí lo que dicen ambos autores sobre nuestros ancestros más remotos:
(…) “Existe acuerdo en que los primates nos originamos en bosques tropicales húmedos o subtropicales con régimen climático estacional de tipo monzónico. En ese sentido, nuestro medio original es un medio forestal cálido”.
“Las especies primates explotan casi todas las fuentes posibles de alimentación que encuentran en su entorno. Los primates arborícolas comen frutos frescos y secos, flores hojas, semillas…pero también incluyen huevos, tuétano, pequeños vertebrados e invertebrados y actividades de caza ocasional. Los primates no arborícolas se alimentan de las mismas cosas y, además, de tallos, raíces y tubérculos”.
Los Neandertales
(…) “Según indican los estudios actuales, lo más interesante de esta especie era su capacidad de adaptación para vivir en medios templados y fríos. Gran cazador y recolector, algunas investigaciones sugieren que en algunas latitudes fue un supercarnívoro. Vivía en grupos poco numerosos y practicaba un nomadismo sistemático. Conocía los territorios en los que se movía y ocupaba lugares con una gran disponibilidad de recursos; se asentaba al aire libre, en abrigos rocosos y en cuevas, y fue un cazador avezado de cérvidos, carpidos, équidos, bóvidos y rinocerontes, entre otras especies".
“Con toda seguridad, ya modificaba térmicamente la carne. Esto lo sabemos por el tipo de fracturas que presentan los despojos de los animales encontrados y por la representación esquelética de los yacimientos”.
“Además, sabemos que practicaba la antropofagia; y la tendencia es interpretarla ya como un canibalismo ritual, debido a la forma en que aparecen los restos. De todas formas, era una especie sujeta a un estrés biológico importante y tal vez este consumo de carne humana estuviera destinado a corregir déficits alimentarios”.
Homo sapiens
“El origen de nuestra especie, Homo sapiens, se encuentra en África y se produce hace unos 15.000 años como especiación derivada del Homo rhodesiensis. Entre los 100.000 y 80.000 años, ya estamos en el Corredor de Palestina, y hemos empezado un proceso de dispersión geográfica que nos llevará a ocupar todos los continentes”.
(…) “Homo sapiens incrementó la caza y aprovechamiento de proboscídeos y rinocerontes en aquellas latitudes donde abundaban dichos animales. En las zonas frías también se cazó sistemáticamente el reno. Los homínidos lo aprovecharon de forma integral como solución para toda clase de problemas domésticos, desde la construcción de cabañas hasta el combustible para los hogares en las zonas con ausencia de árboles. (…) En las zonas más meridionales, Homo sapiens continuó cazando herbívoros de un amplio espectro y tamaño: équidos, cérvidos, bóvidos y carpidos”.
"Pero Homo sapiens fue desarrollando nuevos hábitos alimentarios. Los sistematizó mejor que las especies anteriores. Así, la caza mayor, los recursos marinos y fluviales adquirieron un grado de explotación inédito en los periodos anteriores. Se configuraron, además, campamentos mejor estructurados, con grupos más numerosos y mejor organizados. En este contexto, se desarrollaron técnicas de conservación de alimentos con ahumado y ocre".
"Otro importante recurso que se implementa durante el Paleolítico Superior es la recolección sistemática de vegetales y su almacenaje como despensa. De esta manera, en el Próximo Oriente, en determinadas sociedades mixtas de transición, se detectan acumulaciones de leguminosas que sugieren esta actividad, la cual anticipa el uso de cultígenos que conducirá a la sedentarización, a la domesticación animal y a la producción de alimentos por parte de algunos grupos de Homo sapiens durante el Neolítico".