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Una solución infalible para salvar a la Tierra: reducir a los humanos de tamaño

Actualizado: Jue, 21/11/2013 - 10:13

Un artista holandés de 1,95 metros de estatura llamado Arne Hendricks lleva dos años embarcado en un proyecto que especula sobre la posibilidad de reducir a los seres humanos de tamaño
Con el mundo menguante de Hendricks, desparecería la escasez de alimentos de golpe
A raíz de este proyecto, el propio Hendriks y el chef Martijn Jansen han presentado el Disproportionate Restaurant, que ha reformulado la ración de patatas fritas
Si todos comiéramos igual que los norteamericanos, el consumo de alimentos mundial se multiplicaría por cinco, afirma Hendriks
En el hipotético mundo que plantea el artista holandés, solo necesitaríamos un gramo de café para el desayuno, mientras que con un pollo se podría alimentar a 100 personas

En un momento en el que algunos antropólogos señalan que de proseguir la actual “pandemia de obesidad” el ser humano del futuro acabará asemejándose a un hipopótamo, un artista holandés, Arne Hendriks, lleva dos años embarcado en un proyecto llamado “The Incredible Shrinking Man” (El Increíble Hombre Menguante) en el que especula sobre las consecuencias de reducir a la especie humana a 50 centímetros de tamaño y 1,7 kilos de peso.

De la noticia se hace eco Iñaki Berazaluce en la siempre interesante revista “Yorokobu”, después de que “Wired” (una publicación que viene a ser poco menos que “la Biblia” a la hora de reflejar la manera en que la tecnología afecta a la cultura, la educación o la economía) y otras cabeceras de vanguardia, como “We Make Money Not Art” y “Good”, informaran de la iniciativa de Hendriks.

He aquí cómo empieza el artículo que escribe Berazaluce en “Yorokobu”:

“El problema no es solo que seamos 7.000 millones, sino que cada vez somos más grandes y, por tanto, consumimos más espacio, más alimentos y más energía: los gigantescos holandeses, que llegan al 1,90 con facilidad o los esféricos polinesios, que superan los 150 kilos sin pestañear. La biomasa de la humanidad (el peso de todos los adultos puestos en una balanza) era de 287 millones de toneladas en 2005 y no deja de crecer”.

“¿Cómo remediar esta población supersize? Jibarizándola: reduciendo a los humanos a una altura máxima de 50 centímetros y 1,7 kilos de peso”.

Sin embargo, lo más suculento llega a continuación, cuando el periodista de “Yorokobu” entrevista a través del correo electrónico a Hendricks y le pregunta qué pasaría si en lugar de que los seres humanos siguieran ganando en tamaño (en altura pero, sobre todo, en peso) se invirtiera la tendencia.

(…) “La cuestión la responde el propio Hendriks por correo: “Un humano de 50 centímetros de altura solo necesitaría entre el 2 y el 5% de los recursos que requiere el humano medio del siglo XXI. Con medio metro tendríamos toda la energía renovable que necesitáramos, la comida sería abundante y tendríamos espacio”.

“Hendrix –prosigue Berazaluce– contempla dos vías para reducir el tamaño de las personas. La rápida, mediante manipulación genética y los tratamientos hormonales, “podría lograrse en un plazo relativamente rápido”; y la lenta, “que sería mejor y nos daría tiempo para ajustarnos. Digamos que sería posible en 5 o 10 generaciones”.

Por lo que se refiere al artículo de “Wired” comienza refiriéndose a que a lo largo de la historia ser más grande ha sido sinónimo de tener mayores posibilidades de supervivencia. En cambio ahora, esta antigua ventaja evolutiva que tenía pleno sentido cuando las mujeres y los hombres sufrían el acoso de depredadores de gran tamaño, como los tigres, se ha convertido en un inconveniente, pues la obesidad no reporta ninguna ventaja.

Acabamos con lo que cuenta “Yorokobu” sobre las implicaciones nutricionales del proyecto:

“Tal vez, el campo en el que más avanzado está el proyecto sea el gastronómico. En la reciente exposición Transnatural en Ámsterdam, Hendriks y el chef Martijn Jansen presentaron su Disproportionate Restaurant, en el que investigan los nuevos hábitos alimenticios de los pequehumanos del futuro. Según explica el artista en una entrevista con We Make Money Not Art:

“Su principal objetivo es investigar nuestra relación futura con ingredientes, explorar la evolución de las técnicas de cocina, medir sus efímeras necesidades energéticas y experimentar cuán poca basura generamos. Ya hemos determinado que solo necesitaríamos un gramo de café para el expreso del desayuno y que un pollo podría alimentar a 100 personas. Si todos nos reducimos a medio metro solo necesitaremos 60 o 70 calorías diarias, lo que contiene una manzana”.

Las fotos que publicamos forman parte del proyecto, caso de la ración de patatas fritas con mahonesa que comerían las mujeres y los hombres menguantes del siglo XXII…

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