Publicado: Mié, 04/03/2015 - 09:36
Actualizado: Mié, 04/03/2015 - 13:34
Dado que mañana, jueves 5 de marzo, sale a la venta “Mamá come sano”, el nuevo libro de Julio Basulto (@JulioBasulto_DN), hemos pensado en compartir, a modo de aperitivo, un par de tablas y algún fragmento del libro en este humilde blog, del que el propio Julio es, como saben, uno de sus impulsores. A ver si les abre el apetito:
Capítulo 1. La alimentación saludable la forman alimentos saludables, no “nutrientes saludables”
Como consumidores, salimos ganando cuando pensamos más en términos de alimentos, que de nutrientes. Por el contrario, las empresas obtienen mejores resultados si hablan de nutrientes en lugar de, simplemente, alimentos.
Juanjo Cáceres “Consumo inteligente”
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Pese a que es posible que tú comas de forma saludable, lo más probable es que no sea así. España ni es la cuna de una dieta sana ni nuestro patrón dietético debería ser tomado de modelo para las generaciones venideras. El patrón de alimentación de las mujeres españolas antes, durante y después del embarazo es “insaludable”, según un estudio llevado a cabo con 13.845 voluntarias y publicado en la edición de octubre de 2014 de la revista Nutrients. La encuesta ENIDE (Siglas de “Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española”), publicada en 2012, indicó que en España consumimos:
- Una insuficiente cantidad de frutas y hortalizas.
- Pocos cereales, que son, en su mayor parte, refinados, cuando deberían ser integrales (como el pan integral, la pasta integral o el arroz integral).
- Demasiados cárnicos y derivados.
- Una alta cantidad de productos elaborados con elevado contenido en sal, grasa y azúcares añadidos.
En la Tabla 1 hay algunos “alimentos” que encajarían en este último punto.
Aperitivos salados | Galletas | Pastelería |
Batidos | Golosinas | Postres dulces |
Bollería | Granizados | Quesos grasientos |
Bombones | Helados | “Refrescos” |
Caramelos | Horchatas | Repostería |
Chocolate y derivados | Mantecados | Salsas |
Confitería | Mayonesas | Sorbetes |
Embutido | Mermelada | Turrones |
Tabla 1. Productos que “tiñen” la alimentación occidental de grasa, sal, azúcar o las tres cosas a la vez.
Fuente: elaboración propia.
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Capítulo 3. Nutrientes y embarazo.
El embarazo es un período muy importante. Es un momento para pensar sobre tu estilo de vida, tus hábitos y tu alimentación, y sobre cómo ello te afectará tanto a ti como a tu hijo. Es un momento para considerar si deseas adoptar hábitos saludables que serán beneficiosos para ti y para tu bebé de ahora en adelante. Nunca es demasiado tarde para tomar las decisiones correctas. Organización Mundial de la Salud, 2001 .
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A través de la placenta llegan al feto el oxígeno y los nutrientes que este necesita para crecer de forma saludable, como el ácido fólico o el yodo. Pero también llegan el exceso de sal o de azúcar, los cuerpos cetónicos (que se generan, por ejemplo, si la madre hace una restricción calórica) o las sustancias dañinas como la nicotina o el alcohol. Es una etapa idónea para reflexionar sobre lo que llevamos al estómago. Sobre esta clase de “reflexión” platicó el Dr. Francisco Pérez Jiménez, en un reportaje de “Documentos TV” titulado “La alimentación del futuro”, en el que tuve el gusto de participar. El equipo de periodistas preguntó al Dr. Pérez, director científico Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba, sobre la importancia de la nutrición. Aquí tienes su respuesta:
“Cuando nosotros comemos, pasa algo que no hemos reflexionado suficientemente: cuando tomamos un alimento, un nutriente, un producto que tenemos en el plato, ese lo metemos en lo más íntimo de nuestras células”.
Con todo, pese a que estoy convencido de que una mala alimentación puede tener consecuencias negativas de por vida para la mamá y para su bebé, no creo que funcione al revés, o sea, que una buena alimentación garantice una salud de hierro de madre e hijo. Por eso he decidido elaborar, a modo de declaración de intenciones, la Tabla 3, que detalla qué puede y qué no puede hacer la alimentación en el embarazo. Puedes hacerle una foto, guardártela en el móvil y enseñársela a quien confunda (o te haga confundir) la dietética con la dietética-ficción.
Qué puede y qué no puede hacer una alimentación saludable por tu futuro bebé | |
Puede… | No puede… |
prevenir problemas del sistema reproductor. | determinar el sexo (hombre o mujer). |
contribuir a la correcta formación de la piel y otras membranas. | predestinar su color de pelo. |
disminuir el riesgo de dar a luz a bebés con un menor coeficiente intelectual. | crear un superdotado. |
permitir una buena formación del sistema nervioso central. | hacer que nazca “tranquilito” “comilón” o dormilón”. |
prevenir trastornos relacionados con la función muscular o con el exceso de peso. | generar un “musculitos” o una “bailarina”. |
contribuir al buen desarrollo de sus órganos y aparatos. | dar lugar al bebé más guapo de la galaxia. |
influir sobre el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. | evitar que padezca todo trastorno conocido. |
Tabla 3. ¿Qué puede y qué no puede hacer una buena alimentación por el futuro bebé?
Fuente: elaboración propia.
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Capítulo 7. La alimentación de la mujer que amamanta no es un jeroglífico.
“No debemos convertir la alimentación en un nuevo obstáculo para la lactancia”.
1.- Consideraciones preliminares.
Si sigues una dieta insana, aunque sea una infame dieta “de moda”, puedes dar el pecho con éxito. Si eres muy delgada o presentas obesidad, puedes dar el pecho con éxito. Si fumas o bebes alcohol, puedes dar el pecho con éxito. Si eres una atleta o una mujer sedentaria, puedes dar el pecho con éxito. Si eres una adolescente o pasas de los cincuenta, puedes dar el pecho con éxito. Si estás enferma o tomas fármacos o “plantas medicinales” a diario, salvo en unas pocas excepciones, puedes dar el pecho con éxito. Si no te duchas jamás o lo haces cuatro veces al día, puedes dar el pecho con éxito. Si tus pechos son grandes o son pequeños, puedes dar el pecho con éxito. Que nadie te haga creer que la leche de una vaca desconocida (que vete tú a saber qué come, qué bebe, qué fármacos le hacen tomar, cuántas veces “se ducha”, cómo tiene los pechos o qué aire respira), es mejor que la tuya, porque no es así.
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Y con esto les dejamos, pero no por mucho tiempo: en breve traeremos aquí una reseña de este libro que, a buen seguro, resolverá las dudas de infinidad de mujeres y de no pocos profesionales sanitarios. Tienen más información sobre el libro en este enlace.