Publicado: Mié, 29/01/2014 - 10:27
Actualizado: Vie, 31/01/2014 - 09:27
Una realidad contrastada hoy en día es el continuo y rápido incremento del sobrepeso y de la obesidad infantil en los llamados países avanzados. Es creencia bastante generalizada atribuirlo al consumo de “comida rápida”. Sin embargo, un reciente estudio concluye que “el” problema no es tanto la comida rápida en sí sino los malos hábitos alimenticios, que también conducen al “fast food”, propiciados por el tipo de alimentación que se instala en numerosos hogares (platos con muchas calorías que se preparan y comen en un muy poco tiempo).
El estudio, titulado “La asociación del consumo de comida rápida con pobres resultados dietéticos y la obesidad infantil: ¿es la comida rápida o el resto de la dieta?” fue llevado a cabo por investigadores del Departamento de Nutrición de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill en colaboración con el Departamento de Nutrición Humana, Alimentación y Ejercicio de Virginia Tech, en Estados Unidos. Los investigadores concluyeron que, en relación al aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad entre los niños, el consumo de comida rápida es solo un mal hábito más en el marco de unos deficientes patrones alimenticios fomentados por los padres desde que los niños son pequeños en los cuales se incluiría la poca ingesta de fruta y verdura y su sustitución por comida procesada y bebidas azucaradas.
En unas declaraciones al medio digital ScienceDaily, el profesor de nutrición de la Universidad de Carolina del Norte, Barry Popkin –uno de los autores del estudio–, insistió en que “la ingesta de comida rápida es solo un comportamiento que resulta de unos malos hábitos. El hecho de que los niños que comen más comida rápida tengan más probabilidad de desarrollar obesidad no prueba que las calorías de las comidas rápidas tengan que cargar con toda la culpa”, para añadir a continuación que “los niños que abusan de la comida rápida tienden a tener padres que no disponen ni los medios, ni del deseo ni del tiempo necesario para comprar y preparar comidas saludables en casa. Esto es, realmente, lo que está conduciendo a los niños a desarrollar obesidad y para lo cual se deberían buscar soluciones”, argumentó.
Popkin explicó que él no es un defensor de la comida rápida pero que es importante conocer cuáles son las causas del problema para poder hallar soluciones que promuevan hábitos saludables, en los cuales se debería incluir la reducción del consumo de bebidas azucaradas y enfatizar la presencia de más frutas y verduras frescas en el patrón habitual de alimentación.